Cada una de las púas de un erizo de mar se compone en un 99,9 por
ciento de caliza, un material muy común que forma cristales diminutos
que son muy duros pero que se rompen con
facilidad. Se ha descubierto ahora cómo estos animales marinos usan
caliza o cal para formar las púas que los caracterizan, combinando esta
dureza con una flexibilidad que dota a la estructura de una notable
resistencia a los golpes.
Los diminutos cristales de calcita están incrustados, como
ladrillos en una pared, en un mortero de cal amorfa mezclada con
pequeñas cantidades de proteínas biológicas.
Conocer a fondo los entresijos de esta estructura abre el camino
hacia el diseño y la fabricación de nuevos y sofisticados materiales
compuestos, basados en las púas del erizo del mar.
Tal como señala Helmut Coelfen de la Universidad de Constanza en
Alemania, es fascinante que la naturaleza pueda convertir materiales
frágiles, a través de la estructuración, en materiales compuestos de
alta resistencia, aún no logrados mediante métodos artificiales en el
sector industrial.
No obstante, puede que en un futuro muy cercano sí sea posible
elaborar artificialmente y de manera práctica materiales comparables al
presente en el erizo de mar. El grupo de Coelfen en la citada
universidad ya colabora con dos empresas internacionales importantes, en
proyectos dedicados a la fabricación de un hormigón especial, de alta
eficacia.
-Este artículo nos habla sobre una de las ventajas de este tipo animal, que gracias a la composición de sus materiales, le protege y le facilita la supervivencia, esto ha ocasionado nuevos diseños basados en sus púas con las que obtenemos unos materiales muy sotisficados muy útiles para la resistencia y la creación de nuevas estructuras.